14/04/2012
La practica del rediseño de marca no es extraña ni para las empresas, ni para los consumidores. Es una estrategia perfectamente viable para lograr cierto empuje marcario (y económico, claro está), mayor difusión, hablar de renovación en políticas o estructura de una empresa, o bien mostrar la irresistible idea de que eso que eramos quedó en el pasado porque renovada, ahora nuestra imagen trajo consigo… el Futuro.
Todos comprendemos perfectamente la delicada tarea que significa para una marca el cambio del identificador, ya que siempre puede causar reacciones inesperadas o desfavorables en el público consumidor; pero toda Marca necesita vivir el riesgo, alguna vez, o incluso varias.
En los años recientes, han acontecido algunos rediseños con un profundo rechazo del público, pero que sin embargo se han mantenido en vigencia. Lógicamente esto obedece a que una vez que se inicia la multimillonaria tarea de aplicar una renovación de imagen, es practicamente imparable, pero al mismo tiempo se debe también a que después de todo la marca se hace frecuente al ojo y el consumidor termina por aceptarla, sin amor tal vez, pero aceptándola.
Los casos de rediseños que queremos señalar de ahora en adelante, son aquellos que han sufrido justamente este revés de aceptación, pero que a nuestro parecer han aportado una característica interesantísima: Son diseños de elementos formales, cromáticos, compositivos o de lectura extremadamente minimalista, abstractos, innovadores y vanguardistas.
Los medios tienen años prometiéndonos atuendos plateados, peinados rimbombantes, colores audaces, formas extravagantes y elementos descontextualizados de los usos cotidianos. Así que debemos preguntarnos: ¿No son acaso el rediseño de estas marcas, una señal clara de que el proceso de cambio a esta nueva estética ha comenzado?
La conclusión es la siguiente:
El primer caso de atención para nosotros fue Pepsi.
Su imagen actual es simple, rápida, abstracta, dinámica. Casi astringente. Es el mismo logo de 1998 y 2005, pero traducido a la estética de este nuevo futuro.
No lo odiamos, no lo ridiculizamos.
Lo respetamos y casi lo amamos.
Principalmente, porque para nosotros es la señal de la llegada las marcas del mañana, de los FuturoLogos.
¿Acaso no nos hemos planteado que nuestra percepción cromática y de los símbolos evoluciona a la misma par que la tecnología? Nuestra interacción diaria con ella y los dispositivos crea nuevos retos e interpretaciones en nuestro cerebro que posiblemente nos lleve incluso a un nuevo sistema de escritura, un nuevo lenguaje… pero no vayamos tan allá por los momentos… recordemos que los consumidores aún estamos en el presente, y el paso al futuro debe ser latente pero gradual.
Por ahora, podemos entender un poco mejor lo que algunas marcas se están atreviendo a lograr, y podemos plantearnos la próxima vez que nos encontremos un logo chocante a la primera vista, si no nos estamos perdiendo la invitación al futuro que nos está haciendo.
O si está simplemente mal hecho. También puede pasar.
Etiquetas: branding, futurologos, pepsi, redign, rediseño
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